Se acerca la Navidad y con ella un sin fin de fiestas, decoraciones e iluminaciones navideñas y regalos. Cuando llegan estas fechas, a muchos se nos despierta ese niño o niña que llevamos dentro y que durante el resto del año dejamos de lado y, si tenemos la suerte de convivir con niños a nuestro alrededor, se hace más especial aún.
Es habitual que las mamás y papás y el resto de miembros de la familia os preguntéis sobre qué juegos y juguetes son los que más les gustarán, y además, queréis que resulten educativos, prácticos, que les diviertan y entretengan…y es que todos tenéis un objetivo común: que los más pequeños de la casa tengan el mejor regalo de Navidad.
Pues bien, os voy a contar un secreto. El mejor regalo que les podéis hacer a vuestros hijos e hijas, sobrinos, nietas o primos, es el tiempo. El tiempo es lo más valioso que tenemos y que podemos regalar. El tiempo no se compra, el tiempo es algo nuestro, insustituible e irrecuperable.
Sé que a veces puede resultar complicado por nuestro ritmo de vida, especialmente si tenemos en cuenta la dificultad de conciliar familiar y trabajo, pero os invito a regalar momentos, experiencias, secretos, sueños cumplidos…a través de un infinito abanico de posibilidades que podéis crear juntos.
Y es que como decía El Principito: “Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante”.